Director: Harold Trompetero
Con la buena intención de reflejar esa parte de nuestra
realidad Colombiana que se encuentra más dada al aparentar antes que al ser,
esta película nos presenta varias historias no relacionadas entre ellas,
enmarcadas dentro de un ambiente cómico, o al menos eso intenta, y que terminan
compartiendo la misma idea, intentar vernos reflejados en dichas historias y
ser conscientes de la gran brecha que separa lo que se es y lo que se aparenta
ser.
Un largo reparto de actores Colombianos, muchos de ellos con
amplio reconocimiento y trayectoria, pero curiosamente los que terminan
llamando mi atención son los más jóvenes, entre ellos quien interpreta a una
estudiante de colegio de estrato popular cuya familia aristocrática se encuentra
venida a menos.
Pero más allá de esta sátira hacia la sociedad Colombiana y sus vicios, la película es una comedia y se vende como tal, y allí en ese intento por ser graciosa es en donde pierde y se queda en eso, un intento. De todas las historias que se presentan en la película solo una puede considerarse como graciosa, varias no llegan a eso e incluso un par logran hacer que nos distraigamos fácilmente con el celular o la persona del lado.
Habrá que seguir apoyando el cine nacional, pero infortunadamente se debe reconocer que durante los últimos años y excepto en algunos ejemplos muy contados (e.g. El abrazo de la serpiente), el nivel mostrado sigue estando por debajo de lo que se produce a nivel Latinoamericano.
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