Con los Pinguinos de Madagascar confirmamos por enésima vez la permanente necesidad de Hollywood de exprimir sus ideas y personajes y llevarlos hasta el extremo en el cual comenzamos a pensar que ya no son tan divertidos como antes.
Esta nueva entrega, sin llegar a ser del todo aburrida, no alcanza a ser la mitad de graciosa que la original Madagascar (en extremo entretenida) y a diferencia de esa exitosa primera parte, en esta secuela es muy claro el enfoque hacia la audiencia más pequeña, para la cual adicionalmente se incluyen nuevos personajes que seguramente estarán en las próximas cajitas felices de cierta cadena de comidas rápidas.
Al final todo es dinero y marketing y en esta película volvemos a confirmarlo.
Tal vez una buena opción para hacer puntos con los hermanitos pequeños, los sobrinitos, o ahijados, pero para tí, el hecho de que no vayas a verla poco y nada cambiará el transcurrir de tu vida por este mundo.
Calificación personal: 6/10.
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