Director: George Miller
A diferencia de lo
que algunos pudimos haber llegado a pensar, esta entrega de Mad Max no se trata
del remake del clásico de 1979 ni de ninguna de sus posteriores secuelas, se
trata más bien de una película de culto de la saga ochentera que dirigiera George
Miller y que protagonizara para ese entonces un joven Mel Gibson.
Cronológicamente puede ser ubicada posterior a la primera parte y antes de
alguna de sus dos secuelas, por lo que la trama es completamente distinta a
alguna de sus predecesoras. Aclarado esto, permítanme contarles brevemente mi
experiencia con esta película...
Sin lugar a dudas lo que más llamó mi atención casi de
manera ininterrumpida durante los 120 minutos de duración de la película fue su
majestuosidad a nivel visual, y es que es tanta la riqueza de imágenes y
fotografía que basta con apoyarse en unos muy cortos y concisos diálogos para
lograr contar la historia de este nómada forajido mediante un desenfreno de
secuencias de acción perfectamente logradas y magistralmente musicalizadas que
dan como resultado una descarga de adrenalina suficiente como para no dejar
escapar ni el más mínimo detalle dentro de las múltiples tomas de persecuciones
y peleas que se desarrollan a lo largo de esta peli.
"Violencia hecha poesía", si se me puede
permitir la expresión, pero la verdad es que no existe otra forma de calificar
lo hecho por George Miller en esta cuarta entrega de la saga, en donde por muy
lejos supera a cualquiera de sus entregas anteriores.
Y en el supuesto de que aún la expresión "Violencia
hecha poesía" siga dando vueltas en sus cabezas, no vayan muy lejos y
recuerden cualquiera de los dos volúmenes de Kill Bill o a Axl en la naranja
mecánica (yendo mucho mas atrás) y estoy seguro de que lograrán dar significado
a esta frase al ser conscientes de las diferentes formas en las que se puede
expresar ese deseo de violencia propio de nuestra especie.
En síntesis Mad Max, dentro de su género, es una
representación CASI perfecta (me faltó algo de drama para el final) de lo que
debe ser una película de acción y que además se jacta de demostrar que una
película de acción también puede ser una obra maestra.
"I
live, I die, I live Again"
Calificación personal: 9/10.
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