Lo mejor después de la trilogía original…
En mi humilde opinión la saga debió finalizar con el “Retorno del Jedi” de 1983. La trilogía a modo precuela (episodios I a III) que se estrenó en 1999, no solo no logró estar a la altura de la saga original, sino que además logró condicionar a muchos fans a no esperar nada bueno una vez que se anunció la realización de una tercera trilogía.
En 2015 mis temores se hicieron realidad con el estreno del episodio VII. Para mí un simple “remake” del episodio IV “A New Hope” y nada más que eso. Una gran desilusión que afortunadamente solo duró un año, gracias a que “Rogue One” devolvió en mí todas las esperanzas en que Disney podría al final llevar esta nueva trilogía a buen puerto a pesar de un desafortunado comienzo.
Y debo reconocer que con el episodio VIII no salí decepcionado. Logró mantener la misma intensidad que “Rogue One” y a nivel de guión e historia, por fin logró romper su homogeneidad con la trilogía original, lo que es una de las dos cosas que más valoro dentro de esta entrega. La otra, es la perfecta e increíble utilización del 3D, haciéndome sentir en varias ocasiones como si hubiese estado en algún simulador de un parque temático en Orlando.
Como fan de la saga la disfruté, me emocioné, me mantuvo siempre atento, interesado y me deslumbró visualmente. Mucha atención sería un verdadero sacrilegio no verla en 3D!
Como únicos puntos negativos debo decir que el viaje espacial de Leía disfraza de estrella fugaz no fue de mis partes favoritas, el poquísimo protagonismo de Capitan Phasma, personaje a quien le veía mucho potencial; algunas escenas de humor que no van muy de la mano con la naturaleza de la saga (pero esto ahora es Disney, que se le va a hacer) y por último el hecho de no haber resuelto algunas de las grandes incógnitas de la película anterior y que al parecer no quedarán resueltas.
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